La autenticación biométrica bancaria se ha convertido en un estándar para instituciones que buscan elevar la seguridad y reducir el fraude en entornos digitales y presenciales. Su adopción crece rápidamente en América Latina.
La biometría permite validar identidades a través de huellas digitales, reconocimiento facial o patrones de conducta. Utilizando credenciales únicas imposibles de replicar por terceros en procesos operativos críticos.
En operaciones financieras, la biometría elimina dependencias de contraseñas, documentos físicos o pines. Fortaleciendo la seguridad del acceso y permitiendo procesos ágiles y consistentes en múltiples canales.
Los dispositivos multiespectrales capturan información de capas internas de la piel, garantizando autenticación confiable aun con dedos húmedos, dañados o afectados por tareas manuales de uso cotidiano.
Este tipo de tecnología optimiza validaciones en cajeros automáticos, accesos físicos y puntos de atención. Reduciendo tiempos asociados a revisiones manuales y mejorando la eficiencia operativa bancaria.
El reconocimiento facial también impulsa un acceso seguro al combinar algoritmos de vida, sensores especializados y análisis de imagen que detectan intentos de fraude en diversos escenarios de uso.
Estas plataformas permiten crear esquemas adaptativos que ajustan el nivel de autenticación según riesgo, canal o tipo de transacción. Sin aumentar la fricción para los usuarios.
El caso Supervielle, ejemplo de autenticación biométrica bancaria
En Argentina, el banco Supervielle integró lectores Lumidigm de HID para fortalecer su proceso de onboarding remoto y garantizar autenticación confiable desde cualquier dispositivo.
El uso de biometría ayudó a reforzar controles KYC y AML, disminuir intentos de fraude y mejorar la precisión en las verificaciones de identidad en operaciones cotidianas.
El futuro de la autenticación biométrica bancaria apunta hacia modelos multimodales que integren huella, rostro y comportamiento según el contexto. Pero también, el riesgo y el historial del usuario.
La inteligencia artificial impulsa estos sistemas con análisis de actividad, detección de anomalías y aprendizaje continuo. Mismo que ajusta la seguridad sin comprometer la experiencia del usuario.
La integración de biometría en cajeros automáticos y aplicaciones móviles crea un entorno autónomo, predictivo y sin fricciones. Que transforma la relación entre instituciones y clientes.
Hoy, la seguridad no depende sólo de quién accede, sino de cómo, cuándo y desde dónde lo hace. Factores esenciales para consolidar un ecosistema financiero confiable y moderno.
Por: André Reis, director de Ventas de Biometría en HID para América Latina









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