En un mundo donde más de la mitad de la población vive en zonas urbanas, la seguridad ciudadana se ha convertido en una prioridad urgente. Y para ello, la videovigilancia avanzada puede jugar un papel clave.
Las cifras son preocupantes: las tasas de inseguridad en las ciudades van en aumento y generan un clima de incertidumbre para millones de personas.
El 35 % de las ciudades experimentó delitos graves en el último año. Esto, según El reciente informe “From Future Vision to Urban Reality” de ThoughtLab en colaboración con Axis Communications.
Ante esto, la vigilancia de red se posiciona como una herramienta clave para prevenir, disuadir y responder de forma efectiva a la criminalidad. Ayudando a crear entornos urbanos más seguros para todos.
Imagina poder caminar de noche sin miedo o dejar tu vehículo estacionado en la calle sin preocuparte por robos.
Aunque para muchos esto suena como un sueño, las ciudades enfrentan realidades muy diferentes.
Los altos índices de criminalidad afectan la seguridad personal, y también impactan la economía local. Así como el valor de las propiedades y la confianza en el transporte público.
Por eso, las autoridades con visión a futuro están adoptando estrategias proactivas y casi predictivas que combinan la videovigilancia avanzada o inteligente con la coordinación de recursos. Buscando siempre estar un paso adelante de la delincuencia.
Una mirada de la videovigilancia avanzada a futuro
Actualmente, el 70 % de las ciudades consideradas ‘preparadas para el futuro’ ya utilizan videovigilancia avanzada para monitorear calles, espacios públicos y transporte. Integrando datos en tiempo real para una gestión más eficiente.
La combinación de innovación tecnológica, análisis de datos y cooperación entre autoridades y ciudadanía es el camino hacia urbes más seguras. Donde la libertad de moverse sin temor deje de ser un ideal y se convierta en una realidad cotidiana.
Uno de los pasos más efectivos para lograrlo es la centralización de las operaciones mediante Centros de Delincuencia en Tiempo Real (RTCC, por sus siglas en inglés). Estos centros recopilan y analizan datos provenientes de cámaras de vigilancia, sensores de audio, radares y sistemas de análisis inteligente.
De esta manera, se obtiene una visión integral de lo que ocurre en la ciudad en tiempo real. Esta información permite coordinar mejor las respuestas, asignar recursos estratégicamente y actuar con rapidez ante emergencias.
Además, la detección temprana de incidentes ayuda a prevenir situaciones antes de que escalen, activando alertas y medidas disuasorias.
La tecnología de cámaras corporales también está marcando una diferencia significativa. Estas cámaras, utilizadas por las fuerzas del orden, capturan audio y video desde la perspectiva del agente. Ofreciendo pruebas valiosas en investigaciones y procesos judiciales.
Más allá de su función como herramienta probatoria, actúan como un elemento disuasorio frente a posibles agresores y ayudan en la desescalada de conflictos.
Por su parte, las cámaras integradas en vehículos de transporte público ofrecen una vigilancia continua tanto en el interior como en el exterior, incluso en movimiento. Esto facilita una respuesta más rápida y coordinada ante incidentes en trayectos o estaciones.
La experiencia demuestra que la prevención del delito requiere un enfoque integral y multifactorial.
Las ciudades que invierten en videovigilancia avanzada protegen mejor a sus residentes y fortalecen la confianza de la comunidad y mejoran la calidad de vida.
Por Denith García, gerente de Ventas Internas para Latinoamérica en Axis Communications.