A medida que la transición hacia la nueva tecnología de memoria DDR5 continúa en curso, aparecen novedades que amplían los límites del PC y nos permiten prepararnos para las demandas del futuro.
Por José Luis Fernández, Gerente de Tecnología para Latam en Kingston Technology
La planificación en tecnología es fundamental, sobre todo en memoria y desde la perspectiva del B2B, donde anticipar las tendencias tecnológicas y saber transmitirlas adecuadamente, marca una diferencia.
Es muy valioso para ambos lados de la ecuación estar un paso adelante. Entonces saber anticipar cuales serán las demandas de procesamiento que los usuarios enfrentarán en 1 o 2 años con la irrupción de la IA, es algo que se debe tomarse en consideración.
A medida que la transición hacia la nueva tecnología de memoria DDR5 continúa su curso, siempre es interesante detenerse y reflexionar sobre el viejo dilema: qué configuración necesita mi pc o laptop para un desempeño adecuado en estos tiempos modernos.
Abundan los refranes y mitos acerca de que los nuevos sistemas operativos y aplicaciones, que siempre expanden su demanda de memoria hasta ocupar toda la disponible, o los memes del navegador Chrome comiendo memoria como un pacman.
Hay algo de cierto en todo esto: Los recursos disponibles para el usuario promedio de una computadora van siempre en aumento, así como la calidad de los materiales que se manejan, y la capacidad de multitarea, apuntando a un aumento de la productividad. El ejemplo más claro, por supuesto, la infinidad de nuevas aplicaciones que usan IA.
Atravesamos una época en la cual las empresas B2B están frente a una oportunidad única de generar valor para sus clientes, impulsar el crecimiento del negocio y aumentar la participación en el mercado al capitalizar las nuevas tendencias digitales.
Es fundamental entonces asumir esa responsabilidad desde el asesoramiento consultivo, y evitarle al cliente escenarios que atentan contra el ROI esperado por entregarle “solo lo que pidió”, por ejemplo, sin considerar la inevitable necesidad de expansión que sabemos se encontrará 2 años adelante, y que de no haber sido contemplada obligará a reemplazar equipos, arruinando la ecuación esperada por el cliente.
En ese sentido y por estos tiempos se debe conocer minuciosamente las necesidades de cada área en materia tecnológica. Y planificar de manera acorde teniendo en cuenta que el rendimiento en cualquier computador dependerá del delicado balance entre los tres componentes fundamentales:
- El procesador
- La memoria y,
- el almacenamiento
Los procesadores siguen en su eterna carrera por agregar más núcleos corriendo a más Ghz y con capacidades de cómputo paralelo.
El almacenamiento está en una etapa dorada ofreciendo capacidades de hasta 4 TB y velocidades increíbles a precios relativamente asequibles, con una relación precio rendimiento inmejorable.
¿Y qué hay de la memoria? ¿Cuáles son las novedades? ¿Cuánta realmente necesito para mis necesidades?
Justo cuando los usuarios se estaban acostumbrando a pedir 16 GB de memoria como estándar, hay que darles un cachetazo de realidad: 16 GB es actualmente el absoluto mínimo, y hasta empieza a ser insuficiente incluso para usuarios de oficina.
La cantidad de herramientas de software que tenemos a nuestra disposición hoy sigue en aumento, y la verdad es que posibilitan alta productividad y mejor trabajo en equipo.
Programas como MS Teams sumado a toda la suite de Office, Zoom, y el navegador con docenas de pestañas abiertas que son costumbre para casi todos los usuarios.
La normalidad hoy es que un equipo o laptop estándar que tenga 2 slots de memoria puede llegar hasta los 64 GB de memoria, y no falta mucho para que incluso ese límite sea traspasado.
Es fundamental entender que cuando se compra un nuevo equipo, se hace pensando en un horizonte de uso promedio de cinco años, e inevitablemente se está obligado a revisar y actualizar la configuración con la cual se adquirió. Al menos en memoria y almacenamiento.
Una buena práctica es verificar que el equipo sea expandible antes de comprarlo, ya que hoy día son comunes aquellos que vienen con toda la memoria soldada y no se pueden expandir obligándote a cambiar el equipo mucho antes de lo necesario.
La otra novedad, es que en el mundo de DDR5, comienzan a aparecer capacidades no convencionales, fruto de una nueva tecnología de chips de 24 gbits que permite fabricar módulos de 12, 24 y 48 GB llamados “no binarios” (se salen de las capacidades estándar a las que estamos acostumbrados).
Estos nuevos módulos nos darán toda la flexibilidad para poder ajustar a gusto la capacidad de memoria de nuestro equipo.
Configuraciones de 24, 40GB y más, ahora son posibles, e incluso en las placas madres de escritorio se puede llevar la memoria máxima hasta 192 GB (4 módulos de 48 GB), expandiendo de esta forma los límites a los que se puede llevar un pc convencional.
Entonces… ¿cuánta memoria necesito?
Si lo que se compra es un nuevo equipo, lo ideal es que arrancar con más de 16 GB. Pueden ser 24 GB o 32 GB e ir subiendo desde ahí en la medida que nos adentramos en el mundo profesional o de alto rendimiento.
Si el presupuesto no permite más de 16 GB, por ahora entonces se debe asegurar la opción de expandir a futuro, porque sin duda es algo que se necesitará.
Sobre todo cuando nos estamos adentrando en el nuevo mundo de los asistentes de IA, y la tendencia dice que todos en un futuro cercano vamos a correr estas aplicaciones en modo local.
¿Y qué pasa con la velocidad?
Si todavía es usuario de DDR4, 3200 MT/s es el estándar que funcionará en cualquier equipo relativamente nuevo.
Ya del lado de DDR5, arrancamos desde los 4800 MT/s, aunque la última generación de procesadores está popularizando 5600 MT/s como estándar. Y desde ahí hasta el infinito y más allá: ¡hoy se consiguen 6000 y 6400 MT/s y el tope de línea está empujando los 8000 MT/s!
Finalmente, es importarte recordar que es fundamental estar un nivel más delante de quien debe definir, ya que adquirir productos aptos, brindará la diferencia entre que la PC espere y no que el usuario tenga que aguantar a la computadora.