Donald Trump, presidente de Estados Unidos, modificó en pocos días su postura hacia el director ejecutivo de Intel, Lip-Bu Tan. En medio de reportes sobre posibles negociaciones para que el Gobierno adquiera una participación en la compañía.
Este viraje discursivo se produce tras una semana marcada por declaraciones públicas y reuniones privadas. Además de rumores sobre un proyecto estratégico de manufactura de semiconductores.
El 11 de agosto, Lip-Bu Tan sostuvo un encuentro con integrantes de la administración Trump. Para atender inquietudes relacionadas con supuestos conflictos de interés vinculados con China.
Según información difundida por medios, este diálogo sirvió para explorar fórmulas de colaboración entre la Casa Blanca e Intel. Incluida la posibilidad de una inversión directa destinada a reforzar las operaciones de manufactura en territorio estadounidense.
Menos de una semana antes, Trump había solicitado públicamente la renuncia del directivo. Luego de recibir una carta del senador republicano Tom Cotton dirigida a la junta directiva de Intel.
En el documento, el legislador pedía aclarar vínculos de Lip-Bu Tan con actores chinos, en un contexto de creciente competencia tecnológica entre ambas potencias.
Durante los días posteriores, el presidente Trump modificó de manera notable su tono.
En un pronunciamiento reciente, Trump calificó la trayectoria de Lip-Bu Tan como una ‘historia increíble’ y mantuvo abierto un canal de comunicación.
Inyección gubernamental, posible cambio en Trump
La moderación en el discurso coincidió con el fortalecimiento de versiones sobre la inyección de capital gubernamental a la empresa. Con el propósito de garantizar el desarrollo de la megafábrica de chips ubicada en Ohio.
Así, el complejo proyectado en Ohio figura entre las mayores inversiones de Intel en Estados Unidos. Y se plantea como uno de los centros de producción más relevantes del sector.
No obstante, enfrenta retrasos por dificultades logísticas y financieras que podrían prolongar su finalización.
En un comunicado oficial, Intel expresó: “Intel está profundamente comprometida en apoyar los esfuerzos del presidente Trump para fortalecer el liderazgo tecnológico y manufacturero de Estados Unidos. Esperamos continuar nuestro trabajo con la Administración Trump para avanzar en estas prioridades compartidas, pero no vamos a comentar sobre rumores o especulación”.
Los reportes no especifican el monto o porcentaje de participación que Washington podría adquirir, ni el cronograma para la ejecución de la operación. Tampoco se han dado a conocer condiciones específicasque acompañarían una eventual inversión.
Finalmente, este cambio en Trump se enmarca en un contexto de iniciativas federales para ampliar la capacidad de producción local de semiconductores. Elemento clave en múltiples sectores industriales y de defensa.
Las próximas semanas serán determinantes para confirmar si las conversaciones derivan en un acuerdoque involucre recursos públicos. Así como un papel más activo del Gobierno en la estructura accionaria de Intel.