Dentro del sectorde seguridad y gestión de identidades, se suele argumentar que las tarjetas físicas de identificación van a desaparecer. Esto debido a una mayor adopción de soluciones digitales similares, sin embargo la realidad resulta un tanto más compleja.
En primera instancia, se debe tener en cuenta que las identificaciones físicas no van a extinguirse sino que están en un proceso de transformación. Para ir más allá de operar como un soporte de información impresa, a través de diferentes funciones inteligentes.
Así son capaces de integrarse con arquitecturas híbridas de seguridad, para aportar un alto valor operativo. En especial, en aquellos ambientes donde la verificación con medios visuales aún es indispensable, es decir aún son funcionales para toda la industria.
Es decir, la innovación tecnológica no siempre significa un reemplazo inmediato y por esto las tarjetas físicas de identificación pueden crear valor. Así se convierten en todo un complemento de seguridad, donde operan como una capa adicional de validación.
Con ello, se refuerza la confianza institucional ya que es un control de acceso básico y su portador se puede identificar de manera sencilla. De hecho, es posible integrarse a otros sistemas digitales y biométricos, el resultado son espacios mucho más seguros.
Ya sean digitales o virtuales, los medios de identificación se consolidan dentro de los entornos corporativos, debido a su nivel de confiabilidad. Lo cual provoca que existan sectores, donde estas tarjetas continúan siendo insustituibles como en los gobiernos.
Una mayor seguridad con las tarjetas físicas de identificación
Dentro de las dependencias públicas, tanto los documentos como los permisos para identificarse requieren un soporte tangible. Que pueda ser verificado de una manera inmediata y visible, por esto las tarjetas físicas de identificación aún son necesarias.
En las instituciones del sector salud, como hospitales y clínicas, estos medios permiten validar rápidamente al personal médico. Lo mismo sucede en otros espacios públicos, de alta seguridad como lo son aeropuertos, plantas industriales o puertos marítimos.
Dichas tarjetas son un control directo frente a intentos de suplantación, que aportan un alto nivel de confianza en procesos de control de acceso. Es decir, las empresas no pueden depender únicamente de sistemas digitales, por esto la integración es clave.
Es así como, las tarjetas físicas de identificación aún representan un alto potencial de negocio para fabricantes, mayoristas e integradores. Al respecto, resulta estratégico que los distribuidores cumplan con los estándares de identidad visual y trazabilidad.
Otras verticales que tienen un alto nivel de adopción de estas soluciones son minería, energía, tecnología y consumo masivo. La compatibilidad entre los sistemas legados y las plataformas digitales de identidad actuales, es uno de los desafíos de la industria.
Las tarjetas inteligentes deben almacenar datos ya sean biométricos, personales y de pagos e incluso para control de acceso. Finalmente, deben ser compatibles tanto con las aplicaciones móviles de acceso como con los sistemas biométricos tradicionales.
Por: Natacha Jaramillo, ejecutiva de Ventas Internas Senior de HID Fargo para América Latina









Argentina



Chile



Colombia



LATAM



Reseller MX

















