En la actualidad, la infraestructura digital en Latinoamérica crece de manera acelerada y por ello la región está dejando de ser una proveedora de materias primas. Para convertirse en un eje estratégico, tanto de innovación como digitalización e incluso en temas de sostenibilidad.
De cara a los siguientes años, el mercado de Latam está captando la atención de diferentes inversionistas globales. Esto se debe en gran medida, a la combinación única entre recursos naturales, talento tecnológico emergente además de otras oportunidades para el desarrollo.
Así la tecnología de nueva generación está impulsando el crecimiento de las economías, que comprenden a toda América Latina. En este sentido, México se levanta como un epicentro a nivel de manufactura a esto se agrega otra tendencia clave como lo es el propio nearshoring.
Además del crecimiento de la infraestructura digital en Latinoamérica, el nearshoring genera una serie de inversiones extranjeras, de manera directa. Con ello, se abren más posibilidades para diversos jugadores del ecosistema TI, integradores y desarrolladores de infraestructura.
Ya que la cercanía geográfica con Estados Unidos consolida al país azteca, como un centro de nivel estratégico en términos de tecnología avanzada. Otros sectores de industria, los cuales se ven beneficiados por nearshoring son automotriz, electrónica así como semiconductores.
Un motor de crecimiento la infraestructura digital en Latinoamérica
Otro sector, que puede capitalizar el potencial de negocio que representa la infraestructura digital en Latinoamérica es el de servicios gestionados. En relación con el Cono Sur, aquellos emprendimientos de Argentina, Perú y Uruguay pueden impulsar un crecimiento comercial integral.
Ya sean de finanzas (fintech), educación (edtech) o agricultura (agrotech), el componente a nivel digital permite consolidar su presencia en la región. Todo ello, se traduce en la creación y desarrollo de talento local, el resultado es un crecimiento integral a lo largo de toda Latam.
Es así como, se acelera la adopción de nuevas tecnologías en los diferentes países así como sus respectivas industrias como centros de datos o energía. Por su parte, Chile y Colombia se destacan por su capacidad de adaptación, eso los hace mercados atractivos para inversiones.
De este modo, el potencial de la infraestructura digital en Latinoamérica permite al mercado chileno captar inversiones en centros de datos de hiperescala. Así, también se fortalece todo el sector minero de dicho país, el resultado es la diversificación a nivel de comercio exterior.
En el caso de Colombia, el país cafetalero avanza en sectores como las energías renovables, logística y resiliencia macroeconómica. Finalmente, esto genera confianza para crear alianzas digitales de largo plazo en entrega de servicios cloud, inteligencia artificial y automatización.
Por Daniel Scarafia, vicepresidente para América Latina en Hitachi Vantara
